Si no puedes adoptar por diferentes motivos, siempre puedes ser casa de acogida. Nos ayudarás a socializar a los gatos que vienen de la calle, asustados y con una gran necesidad de cariño, para que puedan estar listos para ser adoptados. Las acogidas son temporales, en función de tus posibilidades y disponibilidad. Cada acogida es diferente en función de la persona y del gatito.
Tenemos gatos que necesitaban un rescate urgente por cuestiones médicas y, mientras se recuperan, están en una casa de acogida. Desde ahí, y ya con calma, le podemos buscar un hogar definitivo sin prisa y que se adapte a sus necesidades perfectamente.
También tenemos casos de gatos completamente asociales, que no han aprendido a relacionarse con el ser humano, pero que tampoco pueden estar en la calle por diferentes motivos. En estos casos, los papás de acogida, ayudan a estos gatos a que poco a poco vayan perdiendo miedo al humano y puedan socializarse.
En algunas ocasiones, también usamos la acogida para comprobar si el gato se adapta a la familia que lo quiere adoptar. Se establece un tiempo cerrado durante el cual humano y gatito se conocen y terminan de ver si son plenamente compatibles. Afortunadamente, la mayoría de este tipo de acogidas termina en adopción.
Nuestro fin último siempre es encontrar un hogar definitivo al gato, y la acogida es una herramienta muy útil para llegar a conseguir este objetivo. En las acogidas, Adac se ocupa de los gastos de alimentación y veterinario, aunque solemos tener mucha suerte en este aspecto y muchos papás de acogida son conscientes de nuestra situación y nos ayudan mucho con los gastos.