Vera llegó en el invierno de 2015. Nos llegó un aviso del Ayuntamiento de una gatita que una chica había encontrado por la zona del Turonet. Estaba castrada y se dejaba tocar. Esta chica intentó acogerla, pero Vera es muy territorial y no se llevaba bien con sus otros gatos. Cuando llegó, una de nuestras voluntarias se sentó con ella y enseguida se le subió al regazo y comenzó a ronronear y a frotarle la cabecita. Te la tienes que ganar, porque si no está de humor te pega con la patita (sin uñas, eso sí) pero cuando te elije, ya no te abandona. En cuanto llegas y te sientas, corre hacia ti para subirse a tu regazo y recibir caricias. Es una mimosota. Con el tiempo ha logrado convivir con los otros gatos de su acogida, pero prefiere estar sola y ser la reina del lugar. Finalmente, uno de nuestros voluntarios le ha dado un hogar y es la gata más feliz del barrio junto a su humano.