Nuria apareció de cachorrito, con unos 4 meses, abandonada en una de nuestras colonias. Vino con su hermana Pepita. Pepita era más sociable y tranquila y encontró adopción. Pero Nuria llegó muy asustada, los primeros meses se los pasó escondida detrás de los muebles. Al estar en un entorno desconocido, con más gatos, con olores nuevos y diferentes, no pudo socializar debidamente. Con el tiempo ha conseguido superar parte de su miedo, y ahora siempre nos sale a recibir, le encanta jugar y es muy curiosa, te va siguiendo por las habitaciones y se lleva bien con otros gatos. En un entorno casero y doméstico, con tranquilidad y paciencia, Nuria podría llegar a ser lo que está deseando ser, una gata tranquila y juguetona, que le encanta jugar y cotillear por la ventana.